Trufa todo el año
Y, como todo, también la temporada de la trufa está llegando a su fin. Las truferas TrufaZero están dando sus últimos ejemplares y es el momento de dejarlas descansar. Pero no por eso vamos a olvidarnos de la trufa negra en nuestra cocina, eso sí no podremos consumirla fresca como a lo largo de estos meses pero hay otras formas.
Como ya os he contado algún día una buena forma de conservar las trufas es congeladas, para su uso no hay que descongelarla entera si no que basta con laminarla o rallarla sin descongelar y volver a poner el resto en el congelador, de esta forma la trufa pierde algo de aroma y sabor pero sigue siendo un ingrediente exquisito. María Redón, experta trufera y chef de Sarrión, recomienda laminar las trufas y untar cada lámina con aceite de oliva para evitar que se peguen entre ellas y después congelarlas, de modo que cuando queramos usarlas podamos coger sólo las láminas que vayamos a utilizar.
Otra forma de conservación es ponerlas en coñac o en miel; de este modo la trufa se conserva y el líquido que la contiene adquiere su aroma y sabor y se puede utilizar para aromatizar muchos platos.
En cualquier caso hay que conservar las trufas limpias y bien saneadas y la forma más segura de conseguirlo es mediante ultrasonidos, como hacemos en la envasadora TrufaZero.
Si tienes cualquier duda sobre la conservación de las trufas o quieres consultarnos sobre su cultivo y cuidado llámanos o mándanos un correo, estaremos encantados de compartir nuestra experiencia.
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